
Fangoria nos ayudó sin duda a llevarlo con menos dignidad de la deseable, y los lugareños contribuyeron sin duda a que se nublaran nuestros propósitos de obediencia y bondad que prometíamos por el camino a la ciudad aragonesa.
Y Todo Gracias a la Virgen del Pilar... como un Milagro.
Hemos vuelto a Madrid con arrepentiemiento, propósito de repetir y la penitencia de acordarnos de nuestra cicerone, de lo buena que está la gallega y la promesa de volver cuanto antes.
Disculpas a Pilar, que cumpliendo también años, no tuvo más remedio que hacerse-cargo de nuestra ausencia en su fiesta. Un beso de los grandes.
Y todo, por no parar...
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