20070829

Plymouth... por no parar

Gracias. No sé qué puedo decirte a estas alturas de la película. Sólo gracias. Disipas mi duda, como se esfuma una tormenta en medio de la noche. Consigues que salga el sol con cuatro reglas. Consigues que me deje llevar, que improvise delante de mí mismo y delante de cualquiera. Ahora puedo pasear hasta el centro sin temor porque sé que estás ahí para saber dónde estoy.
Gracias. Por tantos momentos de paciencia en los que me estabas entendiendo. Gracias por el camino a casa en el que, de pronto, decidí ser el protagonista, nuevamente. Por la paciencia, esta Noche, que era Tu Noche.
Ahora sé que hay algo que va a estar siempre. Ahí. En Tí y en Mí. Sea lo que sea -porque ahora no sé lo que es-. Veo cómo la gente te quiere. Como todos formamos parte de algo tan -tan- valioso, unidos por tí.
Gracias.
Sin albóndigas, sin croquetas, sin pimientos asados. Gracias por dejarme ser yo, sin efectismos.
Gracias por acompañarme hasta Bristol una vez más. Ese viaje fue el mejor de todos los que habíamos hecho. No-quiet-coach. Por fin. Para gritar.
Gracias.
Ahora sé como eres. Claro, transparente y entregado. Y es ahora cuando los miedos me rodean.
Llegué después que tú ¿no es cierto? Sólo unos minutos.
Gracias.

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