20080811

Irreflexiones [14] Mila jardinera

Hace casi dos años, Jorquera y Alberto me regalaron un esqueje de una planta preciosa, con lunares. De hojas grandes y flores rosas. En menos de dos meses, era el mejor ejemplar de mi corrala. Así, Paco y su compañero, mis vecinos, cortaron nuevos esquejes y los plantaron en el patio, e inmediatamente se pusieron a crecer. David reclamó su trocito "para hacerse un vestido con las hojas" y pronto lo tuvo, y lo tuvo Almudena, y lo tuvo Pedro y lo tuvo Raquel. Desconozco si hay en este mundo nietos y biznietos de la planta de Jorge y Alberto.
El mejor ejemplar, tuvo hongos este invierno, pero yo, como Mila Jardinera (protagonista de un cuento infantil que yo releía a menudo cuando tenía la edad) conseguí salvarla de una muerte segura, con ayuda de Luis.
Sin embargo, y como Almudena decía, la planta se "había empalotado", y estoy totalmente entregado a la jardinería de interior, corté un tallo desnudo y lo partí en cuatro. Dos sin hojas (que puse en agua) y dos con hojas (que planté en un tiesto). Poco a poco, la maceta fue expulsando las hojas, entre estertores y olor a muerte.
El sábado, a punto de tirar la toalla, amaneció un minúsculo y luminoso brote verde que fué toda una promesa de vida.
Corrí al jarrón con agua en la cocina y pude comprobar, casi con lágrimas en los ojos, que tenían raíces y estaban gritando por plantarse en tierra firme. Esta misma semana lo haré y las llevaré a la oficina, para que otros -muchos otros- consigan esquejes de esta planta mágica que sobrevive a todo y a todos y que vale para hacerse vestidos con las hojas.
Espero que esto sea una señal de vida en casa y que, en algún momento -no muy lejano- me encuentre a alguien de vez en cuando por el pasillo ;-)

No hay comentarios: