Buenas Noches, Lavapiés

1. Busco tu hombro esta noche, más clara que de costumbre, en que la luna se ha asomado a tu ventana para darnos las Buenas Noches. Imposible descansar. Busco un momento de sosiego para repetirme a mí mismo dónde estoy. Dónde estamos. Para no perderme en el camino de vuelta a casa. Ahora que llega el buen tiempo. Ahora que la luna se acerca a saludarnos. Es fácil dormir así. Me gusta la idea de encontrarme con tu cara delgada al despertar mañana temprano, y comenzar el zafarrancho del que siempre me hablas. Estoy dispuesto a aceptar el reto. Por lo menos mañana. Porque el hombro que acabo de encontrar me gusta y es cómodo. Me gusta también la ventana por la que veo la luna que se ha asomado para darnos las Buenas Noches. Ahora, como tú dices, solamente tengo que preocuparme de respirar, de seguir vivo, de sonreir como a tí te gusta y de nada más. Que las desgracias ya vienen solas y no hay que animarlas. Parece sencillo habiendo hombros como este que tengo ahora mismo. Parece sencillo con una luna así, dándonos las Buenas Noches.