Sevilla...Por no parar

Desde hace tiempo llevaba necesitando un largo paseo mental que me permitiera elaborar el post Azar. Darle forma a lo que no quería pensar. A lo que me negaba a admitir. Quizá por eso `me dejé tentar por Sevilla, como un escenario en el que madurarlo, en el que poder moldearlo. Shortbus, y sus personajes hicieron por mí parte del trabajo. Ahora me siento algo más descargado. Sin tanto lastre, aunque, con la desilusión lógica del niño que espera un regalo y descubre que no lo tiene. Pero a cambio, conozco mejor las herramientas de las que dispongo para continuar adelante. Sabiéndome fantasioso, ingrávido, solo resta recordarme de vez en cuando, como ya he dicho, que esto (eso) no toca. Así que, gracias en parte al blanco y al albero, en lo que hayan podido contribuir a aclarar mis pensamientos, y gracias también al tiempo que me tomé entre Amor de Dios y Sierpes, de noche, buscándome a mí mismo, cuando en realidad, me tenía mucho más cerca de lo que yo mismo pensaba. He quedado, como digo, algo desencantado, pero mucho mejor preparado para seguir otro trecho de vida. Unos días soleados, en todos los sentidos.