Como una premonición

Como hace poco Pedro supo precedir, una de las cosas que harían que hoy fuera "un día perfecto" sería aquel en el que Madonna y Sting, abrazándome le susurraran al oído sus canciones. Pues bien, amigo mío, La casa azul (sé que soy insistente, pero se lo debo... por el bienestar), esos que decidieron "amar a Laura" te secunda y decide que es esta noche, la mejor, en la que Nina Simone, Blossom Deavie, Kristy Maccoll, Dusty, Karen Carpenter y Astrud Gilberto, y nos llevan de la mano a París, a Roma, al Daffodil (en el inolvidable barrio de Chentelham), y nos pegan quincemil volteretas para volvernos locos y ayudarnos a ser fuertes durante las noches de invierno; y me hace pensar que todo acabó.

Acabó o vuelve a empezar. En uno de estos círculos maravillosamente interminables. Repito: perdón por la insistencia con el grupo (chico-con-grupo-fantasma) pero me parece de lo mejor del panorama pop nacional (junto a honrosas excepciones). Felicidades Pedro. Tu gusto, siempre exquisito, es compartido por otros creadores de éxito (aunque cada uno materializa sus deseos en sus cantantes favoritos).