
Pero aquel 19 de marzo dolorido, Algo me recompensó con creces de todo el sufrimiento que vi en todos aquellos rostros que se convirtieron en parte de mí tan pronto. Ocho días después de crecer ocho años en un instante me pusieron delante de los más grandes, los más amigos, los más de amar. Aquellos que me han abierto puertas y me han cerrado heridas. Y me han regalado momentos para vivir vida de esa que hay veces que parece que no queda. Y me enseñan –cada día- que soy uno cualquiera, que ya es bastante y suficiente para mí, en esas tardes en las que me descuelgo de mí mismo como acostumbro.
El brazo colectivo alrededor del hombro en Brasil.
Gracias, Danielavapiés, en este viaje, por todos los encuentros que comenzaron antes como presagiabas. Risas en brackets y festivales de güevadas compartidos.
Gracias, Jorge por la primera, final y felizmente noche compartida. Mereció la pena demorarla. Nos quedan muchos ratos y eso me alivia, me pone orgulloso y me tranquiliza.
Con Pedro me encanta viajar: enfadarnos y perdonarnos. Si rimáramos nuestros abrazos y pusiéramos música a nuestros ronquidos seríamos Pimpinela. Mola. Te quiero mucho, aunque en el viaje de vuelta estuviste hecho un agüelo.
Dos descubrimientos para mí y los dos empiezan por “I”: Isabel: La quiero para mí. Que venga, que se quede, que quiero casarme con ella. Es como nosotros. Es Nosotros. E Iván. Con Pijama. Con Chanclas. Da lo mismo. Un día en Floripa, a las tantas, le dijo a Isa que salía con la furgona a las tantas a comprarle una sopa porque estaba gripada. Ese viaje a80 km/h . Esa foto en el boleibol.
Punto y aparte.
Sara: me cuesta, ya lo sabes. Soy un truncho. Pero soy así. Te hubiera dado un beso con jazmines. Te ví bien. Lo bien que esperaba. Jopelines. Reproduciendo un Madrid pequeño en tu mundo allí. Siendo quien eres. Pero más resuelta. Más tú. Más gigante. Más Sara. Casi Sarah –como he empezado a nombrarte en el diario-. Te esperamos en Berlín-Londres-Madrid. Hasta entonces prometo escribir y facebook y mail. Para mí googletalk es demasiado, pero te pido paciencia.
Viviría los 11M que fueran si la recompensa fuérais vosotros, vuestros corazones, vuestros ojos. La parte de vuestra vida que me está correspondiendo.
Ahora entiendo que el tifón lo provocaba yo. Secretamente...
Gracias, Danielavapiés, en este viaje, por todos los encuentros que comenzaron antes como presagiabas. Risas en brackets y festivales de güevadas compartidos.
Gracias, Jorge por la primera, final y felizmente noche compartida. Mereció la pena demorarla. Nos quedan muchos ratos y eso me alivia, me pone orgulloso y me tranquiliza.
Con Pedro me encanta viajar: enfadarnos y perdonarnos. Si rimáramos nuestros abrazos y pusiéramos música a nuestros ronquidos seríamos Pimpinela. Mola. Te quiero mucho, aunque en el viaje de vuelta estuviste hecho un agüelo.
Dos descubrimientos para mí y los dos empiezan por “I”: Isabel: La quiero para mí. Que venga, que se quede, que quiero casarme con ella. Es como nosotros. Es Nosotros. E Iván. Con Pijama. Con Chanclas. Da lo mismo. Un día en Floripa, a las tantas, le dijo a Isa que salía con la furgona a las tantas a comprarle una sopa porque estaba gripada. Ese viaje a
Punto y aparte.
Sara: me cuesta, ya lo sabes. Soy un truncho. Pero soy así. Te hubiera dado un beso con jazmines. Te ví bien. Lo bien que esperaba. Jopelines. Reproduciendo un Madrid pequeño en tu mundo allí. Siendo quien eres. Pero más resuelta. Más tú. Más gigante. Más Sara. Casi Sarah –como he empezado a nombrarte en el diario-. Te esperamos en Berlín-Londres-Madrid. Hasta entonces prometo escribir y facebook y mail. Para mí googletalk es demasiado, pero te pido paciencia.
Viviría los 11M que fueran si la recompensa fuérais vosotros, vuestros corazones, vuestros ojos. La parte de vuestra vida que me está correspondiendo.
Ahora entiendo que el tifón lo provocaba yo. Secretamente...
2 comentarios:
Qué belleza, Toni, aquilatada en una brizna de blog, que resume intensidad y afecto; odres de memoria y plenitud. "Cometemos un círculo que dura", que dijo Carlos Barral. Un beso grande.J
Gracias, rey moro. Como ves por la siguiente entrada, en momentos en los que uno arrastra "la racha" necesita de los amigos, de los de verdad. De los que cometen círculos. Se agradece viviros. Besetes.
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