Sin saber bien qué decir ni qué decirme... Ahí hemos estado. Con la sensación de falta de tiempo y de manos para expresarnos. Con Pedralbes rendido, que nos regaló un gato aplastado de lluvia. Con la urgencia y el miedo a quedarme solo a cada paso. Con el deseo de demorarlo todo infinitamente por no perderlo. Con sorpresa. Con ese sabor dulce que queda después. Con la sonrisa escondida detrás del cigarrillo. Con toda la admiración de la que soy capaz. Con todo el respeto.
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4 comentarios:
Ufff, qué bonito!!!. qué bien tener miedo! que astuta la felicidad!!!! cuánto respeto hay siempre en tus palabras
azul de mi corazón, labella
Respeto es cuando dos personas se miran a los ojos y ven al otro dentro de sus pupilas.
Ahora entiendo... gracias por el hermoso texto, con su festón de sensaciones cruzadas que adornan el alma.
Gracias a tí, niño. Por entenderlo y por todo lo que (me) das.
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