Señoras y Señores, qué momento... Y digo yo, ¿Por qué íbamos a ser feos pudiendo ser guapos? Justamente. Eso es. Porque nosotros lo valemos, porque somos la generación JASP, X, Súper, XXL y megatodo. La generación que se ha hecho a sí misma. La que paró el tiempo. La que sigue viviendo como vivía hace veinte años. Y la que nunca cambiará.
El sábado pude comprobarlo. Junto a todos mis amigos. Todos los que estaban en mi fiesta de cumpleaños. Celebrando. Gordos de tanto reírnos. Como siempre, no puedo sin o dar las gracias a todos. No por lo del sábado -a fin de cuentas había copas gratis- sino por lo de cada día, por lo de cada instante. Por lo de todo el rato. Siempre. Y es que, que vosotros seáis buenos, me hace bueno a mí también. Por eso os necesito. Y por eso os quiero.
Mención especial, todos y cada uno de los innecesarios regalos. Por oportunos. Hace mucho que no recuerdo regalos con tanta ilusión por el tino. Cada uno fue "ese regalo que no voy a olvidar" y hubo muchos. Muchos. Aunque el mejor de todos fueron vuestros abrazos. Os quiero.
3 comentarios:
comparto tu análisis sobre el rito generacional inmarcesible del bombay con bypass, pero cargadito, del que disfruto. Y también sobre que, en lo que pude ver por encima de hombros difusos, el oro-incienso-mirra buscaba esta vez la precisión de la talla del diamante, o de quien corta la uña de su amante con una radial, ¿se dice así? Mil besos.
Se dice así. Y luego se mira al otro con una sonrisa misteriosa...
Me encanta!yo quiero la mía, que se acercan los treinta y tantos y mi generación se merece un "alabaré" como el tuyo.besosmil
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